jueves, 15 de junio de 2017

La juventud se levanta contra los fariseos de la Reforma


El 15 de junio de 1918 los profesores de la Universidad de Córdoba se reunieron para elegir rector de acuerdo a un mecanismo novedoso impuesto por una larga lucha del movimiento estudiantil.

Todo parecía marchar tal como lo reclamaban los estudiantes reformistas cuando una maniobra de los profesores conservadores estuvo a punto de consagrar su candidato. La reacción estudiantil fue enérgica: asaltaron la sala y nuevamente se hicieron del control de la Universidad.  “De nuevo luchamos contra las camarillas ensoberbecidas. La Juventud se levanta contra los fariseos de la Reforma (…) ni amenazas ni apremios han de dominarnos porque trabajamos para el bien de la Patria” 

Unos días después aparecía el Manifiesto Liminar que durante décadas fue la proclama de los universitarios latinoamericanos comunicando al mundo la vocación revolucionaria de la juventud americana.

Manifiesto Liminar

La juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sud América
Manifiesto de la Federación Universitaria de Córdoba - 1918

Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que en pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resulto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.

La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta, porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y porque era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contra-revolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.

Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: Enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no a una labor de Ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de Ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad que en estas Casas es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa-dignidad y la falsa-competencia.

Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el Dr. José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de los que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de una orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son -y dolorosas- de todo el continente. Que en nuestro país una ley -se dice- la de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos. Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral los está exigiendo.

La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante solo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de alma, los creadores de verdad, de belleza y de bien.

La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.

Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de elección rectoral, aclara singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y América las circunstancia de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. El confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir las aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desordenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea  cuanta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.

El espectáculo que ofrecía la Asamblea Universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, par inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, en el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros -los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la Ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del Salón de Actos y arrojamos a la canalla, solo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionada en el propio Salón de Actos de la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de la huelga indefinida.
 En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.

La juventud Universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de "hoy par ti, mañana para mí", corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener  a la Universidad apartada de la Ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban  el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la Ciencia. Fue entonces cuando la oscura Universidad Mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.

Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.

 No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, no al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: "prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes". Palabras llenas de piedad y amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia Universitaria!. Recojamos la lección, compañero de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.

La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio de los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.

La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.

21 de junio de 1918

Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidente. Gurmensindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende, Ernesto Garzón.

Para una aproximación a los sucesos de la reforma se puede consultar La Ménsula Nro 5
http://digital.bl.fcen.uba.ar/Download/002_LaMensula/002_LaMensula_005.pdf

domingo, 12 de febrero de 2017

El SAC-I/SAC-B (Una historia... IV)

Hasta ahora me he referido a los gestores del  primer satélite argentino de fines científicos.  En este post contaremos los instrumentos que embarcó y el triste final.

La foto de abajo reproduce la carátula y segunda página de la justificación y plan científico del, todavía llamado SAC-I (gentilmente cedida por Marcos Machado). Están firmadas, entre otros, por Marcos Machado (Investigador Principal), Horacio Ghielmetti, Hugh Hudson y Brian Dennis como co-investigadores.  De todos ellos ya hemos hablado anteriormente.





















Esta versión original del plan no es la que finalmente voló.  En el site de la CONAE se encuentra información actualizada que reproduzco. El satélite (rebautizado como SAC-B) tendría 191 kg de peso (50 serían de "carga útil", o sea los instrumentos propiamente dicho) y sería lanzado por un cohete Pegasus XL que despegaba desde un avión a 12.000 m de altura.  En el satélite se acomodarían cuatro instrumentos:: Cubic (USA), HXRS (Argentina), GXRE (USA) e ISANA (Italia).  En la figura de abajo vemos le ubicación de los diferentes instrumentos en el satélite
El SAC-B y sus instrumentos. Tomado del site del instrumento Cubic (12-02-2017)
CUBIC: Cosmic Unresolved Background Instrument using CCDs (Instrumento de detección de la radiación cósmica difusa por medio de  CCDs) era un detector de rayos-X blandos (SXR) en la banda de energía entre 0,2 y 10 keV (para una definición del eV ver aquí). Su fin era estudiar el espectro de radiación difusa, cuyo origen  inlcuye una multiplicidad de fuentes: nucleos de galaxias activas (AGN), radiación de fondo de la Vía Láctea, y el medio interestelar caliente a pocos parsecs de distancia del Sol.  Este instrumento no solar, fue diseñado y construido por el Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos (Penn State University). Traduzco y transcribo las frases finales del site oficial del instrumento
Quisiera usar esta oportunidad para expresar mis agradecimientos a la CONAE e INVAP por el excelente trabajo que hicieron en el SAC-B. En sus pocas horas de operación, el SAC-B demostró que Argentina sabe como construir un satélite exitoso. Lamentablemente, no pudimos prender los instrumentos y demostrar sus capacidades. En este momento CUBIC es sólo un tributo a la memoria de Mario Gulich, el project manager original, que falleció trágicamente en 1994. Una placa que conmemora las contribuciones de Mario a la creación del SAC-B, ahora orbita la Tierra a bordo de CUBIC. 
GXRE: Goddard X-Ray Experiment (Expertimento de Rayos-X de Goddard) El Goddard Space Flight Center  proveyó un instrumento doble.  Contaba con un detector de SXR para observar fulguraciones solares y que actuaba en conjunto con el HXRS llamado SoXS, y de un espectrómetro en la banda de 20 a > 300 keV para observar Gamma-ray bursts, llamado GRaBS.

HXRS: Hard X-Rays Spectrometer (Espectrómetro de Rayos-X Duros) era el único instrumento diseñado y construído en Argentina.  Copio abajo su descripción, tal como aparece en el site de la CONAE (copiado el 12-02-2014)
El Espectrómetro de Rayos X Duros (Hard X-Ray Spectrometer – HXRS), provisto por la CONAE y desarrollado por el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, Argentina), destinado al estudio de las erupciones de rayos gamma y de las emisiones de rayos X emitidos en las fulguraciones solares.  El HXRS observa el espectro de rayos X duros entre 20 y 320 keV de eventos rápidamente variables, en escalas temporales de decenas de milisegundos, con capacidad de proveer información de la evolución temporal de las emisiones de rayos X tanto en fulguraciones solares como en erupciones no-solares de radiación gamma.
ISENA: Imaging Particle Spectromenter for Energetic Neutral Atoms (Espectrógrafo de partículas  para átomos neutros energéticos) era un instrumento diseñado por el Instituto di Fisica dello Spazzio Interplanetario (IFSI) ahora parte del Instituto Nazionale di Astrofisica (INAF). El objetivo de este instrumento es proveer informaciones sobre átomo neutros en el espacio exterior a la Tierra.

Como puede verse, el proyecto original de 1987 de construir un stélite dedicado unicamente a la observación de fulguraciones solares, quedó finalmente reformado para un satélite de objetivos múltiples, aunque con mayoría de instrumentos en el rango de los rayos-X de observación.  La plataforma del satélite (o sea, donde se coloca cada uno de los instrumentos, que además debe proveer energía eléctrica, comunicaciones y estabilidad y apuntamiento) fue construída por INVAP, que también construyó el HXRS e integró el instrumento. INVAP no tenía en aquella época ninguna experiencia en satélites, pero ya era una empresa de alta tecnología.  Las pruebas del satélite fueron realizadas en el Laboratório de Integração e Testes (LIT) del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) en la ciudad de São José dos Campos (Brasil).  El IFSI,además de construir el ISENA, proveyó los paneles solares. La National Astronautic and Space Administration (NASA) fue encargada de hacer el lanzamiento por medio del cohete Pegasus XL además de construir el CUBIC y el GXRE.
Representación artística del SAC-B.

El Final del SAC-B. Como anticipamos antes, el SAC-B tuvo un triste final, aunque no porque fallara. Quien falló fue el cohete lanzador Pegasus.  El 4 de noviembre de 1996 se realizó el lanzamiento desde la base Wallops. El Pegasus iba adosado a un avión Lockheed L-1011. El satélite debía ser desacoplado en la tercera fase del lanzamiento 10 minutos después del despegue (separación del avión L-1011) del coehete. Sin embargo, cuando el satélite pasó encima de la base de recepción de datos (telemetría) se constantó que no se había producido la separación.  Se pudo abrir los paneles solares, pero al quedar preso al cohete, no pudieron ser orientados en dirección al Sol. Por este motivo las baterías no fueron recargadas y así el satélite y sus instrumentos murieron junto con la energía de la batería.  Mientras hubo electricidad suficiente para funcionar se constató que todos los sistemas, funcionaban nominalmente, lo que puede ser considerado un éxito total para la CONAE/INVAP. También el satélite HETE, lanzado conjuntamente con el SAC-B, corrió la misma suerte. Posteriormente se verificó que la causa de la falla fue un problema eléctrico en el Pegasus XL. Hasta 1998 la CONAE intentó infructuosamente revivir al SAC-B.

A la fecha de su lanzamiento, Horacio Ghielmetti y Mario Gulich ya habían fallecido.    La CONAE construyó y lanzó exitosamente tres satélites más de la serie SAC. En la actualidad tiene en construcción y/o desarrollo el SABIA-Mar y la serie  SAOCOM.

Fuentes de Interés

Site oficial del SAC-B en CONAE

Biblioteca de Misiones Espaciales del JPL

Site oficial del Instrumento CUBIC

Briefing de la firma del acuerdo entre Argentina y Estados Unidos para la cooperación satelital (1991)

Informe oficial deNASA sobre al lanzamiento del SAC-B



martes, 31 de enero de 2017

Una historia de los satélites argentinos (III)

Para poder continuar con estos post tuve que entrar en contacto via email con algunos de los participantes de la reunión de Buenos Aires que relato en la pimera entrada de esta serie. Así que primero escribí a Hugh Hudson (Berkeley) que me puso en contacto con Brian Dennis (NASA Goddard Space Flight Center). Brian recordaba mejor la reunión y me confirmó que entre los asistentes argentinos se econtraban, además de los mencionados Marta Rovira, Ana María Hernández y Mario Gulich, Marcos Machado.

Fue un grosero error no haber incluido a Marcos en mi segundo post, y le pedí disculpás después de manera personal por email.  Marcos fue una de las personas clave en el desarrollo del primer satélite de aplicaciones científicas argentino.  Como investigador su campo es el estudio de las fulguraciones solares, y gran parte de su carrera profesional la pasó en los Estados Unidos.  Residiendo allí es que se convirtió en uno de los Investigadores Principales (Co PI en inglés) del instrumento HXIS que fue instalado a bordo del satélite Solar Maximum Mission, que estuvo activo entre 1980 y 1989 y fue gran fuente de novedades.

No creo equivocarme al decir que fue a instancias de Marcos que el SAC-I sería un satélite de observaciones solares volcado al estudio de las fulguraciones.  Y creo que tampoco me equivoco al decir que su pasaje por el SMM fue trascendente. El segundo pié de apoyo al proyecto lo dio Mario Acuña, de quien ya me referí antes. Mario, que trabajaba en NASA desde 1970, se había especializado en el estudio del campo magnético de los planetas, habiendo diseñado muchos de los instrumentos que volaron en sondas y que fueron usados por él mismo para analizar sus datos.  Mario era muy respetado en NASA por su trabajo y ganó varios premios a lo largo de su carrera.

El SAC-I (después bautizado de SAC-B) durante los tests
en la cámara de vacío en Brasil (tomado de
http://www2.astro.psu.edu/xray/cubic/photos/SAC-B.solar_platform.gif.html)
El tercer pié científico de la aventura satelital fue el recordado Horacio Ghielmetti, en esa época director del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE). El interés del Ghielmetti eran los Gamma Rays Bursts (GRB) y otras emisiones de altas energías provenientes del espacio más profundo, era además un entusiasta de la exploración espacial. Recuerdo que para demostrar su fidelidad al espacio, una vez me mostró su anillo de boda, que recordaba la fecha del lanzamiento del Sputnik (!). El IAFE contaba ya con un grupo de física solar destacado (entre los que se contaban Ana María Hernández y Marta Rovira), y además en la década del 70 había construido varios globos científicos. En su edificio tenía un taller para hacer el montaje de las góndolas que cargan los instrumentos. Esta actividad le había llevado a contar con Mario Gulich entre sus miembros, físico especializado en  ingeniería espacial. Así es que no debe haber sido difícil convencer a Ghielmetti de la importancia de los instrumentos propuestos en el SAC-I.

El cuarto apoyo del proyecto fue la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE). Como ya comenté antes, fue finalmente reformada para dar lugar a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) a inicios de la década de 1990.

Brian Dennis, del Goddard Space Flight Center de NASA, me contó algunas anécdotas de la visita.  Entre otras, que fueron recibidos por el presidente de la república, Raul Alfonsín, lo que demuestra la importancia del proyecto.  Brian recuerda además, haber comido un bife de chorizo por un precio inferior a los 10 dólares.  El equipo liderado por él propuso un espectrómetro en la banda de Rayos-X blandos que fue construido en Goddard e instalado en el SAC-I.

Detalles del SAC-I/SAC-B, en próximos posts.

jueves, 19 de enero de 2017

Una historia de los satélites científicos argentinos (II)

Bellísima imagen del Sol capturada en el extremo UV
por el Solar Dynamic Observer de NASA. 
Como dije en el post anterior los comentarios sobre el artículo de Ghielmetti van aquí.  Y comienzo con un poco de historia: Ghielmetti habla de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) que estaba bajo la órbita de la Fuerza Aérea Argentina.  Hacia fines del mandato del presidente Raul Alfonsín estalló el escándalo del Misil Cóndor, que estaba siendo desarrollado por la CNIE. Cuando Carlos Menem asumió la presidencia, decidido a mostrar buenas intenciones a Estados Unidos ordenó: 1) destruir todos los componentes del misil Cóndor y 2) desmontar la CNIE creando una institución civil con la función de desarrollar la exploración espacial con fines económicos y científicos. Nació así la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en 1991 y presidida, temporariamente por el astrónomo decano de la argentina en aquella época, el Dr. Jorge Sahade, y poco después por el físico argentino nacido en Italia, Dr. Conrado Varotto, ya conocido por haber montado a comienzos de los años '80 la planta de enriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu y de haber creado la empresa del estado Invap para proveer servicios de ingeniería de alta calidad y precisión. Varotto continua al mando de la CONAE lo que demuestra el interés que han tenido todos los gobiernos argentinos desde 1991 (y yo cuento ya 6 presidentes diferentes, con más de un año en el cargo) en mantener la política de desarrollo espacial.  Esto es lo que se llama una política de estado. 

El principal socio de la CONAE ha sido siempre la NASA de Estados Unidos.  Y es aquí donde el artículo de Ghielmetti muestra su importancia cuando lo titutla:  La NASA se interesa en un proyecto argentino. Era la primera vez que esto ocurría.  No era casual tampoco, además de su capacidad científica y tecnológicas, Argentina había dado que hablar en aquellos años, al salir de una grave dictadura en 1983 recuperando sus instituciones republicanas rapidamente. Aunque la reunión que relata el artículo transcurre en 1987, yo supongo que las conversaciones empezaron uno o dos años antes.

Empiezo sin embargo por una crítica al texto de  Ghielmetti, que cita a los investigadores norteamericanos participantes de la reunión, pero no nos nombra ningún argentino... sí menciona uno, el Dr. Mario Acuña, cordobés de nacimiento y tucumano de corazón, Mario fue muy joven a trabajar a la NASA y allí se quedó, participando de las mayores misiones espaciales de los años 60, hasta el 2000. Su prematura muerte, no le permitió ver a la sonda New Horizons llegar a Plutón, ni al MESSENGER estudiar  a Mercurio. Sin ninguna duda Mario fue el eslabón entre Argentina y la NASA.  Yo voy a arriesgar algunos nombres de aquella reunión: Marta Rovira (posteriormente directora del IAFE y más tarde Presidente del Directorio del CONICET), Ana María Hernández (ahora en CONAE) y Mario Gulich. Los tres desempeñaban su trabajo en el IAFE por aquellos años, Marta y Ana María estaban especializadas en física solar, mientras que Mario, que también era físico, era especialista en satélites, control orbital, etc y fue el hombre por detrás del SAC-I, rebautizado como SAC-B, fallecido tempranamente, nunca vio el fruto de su trabajo. Hoy en día el Instituto de Estudios Espaciales lo recuerda con su nombre.

Respecto de los investigadores nombrados, me complace decir que a Brian Dennis,  Gordon Hurford ; Robert "Bob" Lin y Hugh Hudson, conozco personalmente por mi actividad científica, y que con Hugh, ahora la mayor parte del tiempo residiendo en Glasgow, me une un lazo de  amistad. 

Sigo destacando frases
NASA se encargaría del cohete portador y del lanzamiento, y la construcción del satélite propiamente dicho (la plataforma) sería de responsabilidad argentina. Obviamente, este último aspecto sería el de mayor rédito tecnológico para el país, ya que permitirá capacitar a un grupo de técnicos para los futuros proyectos espaciales que deberán seguir al SAC I.
Me atrevo a decir que esta era la idea estratégica de Ghielmetti, por medio de un convenio de cooperación científica y tecnológica capacitar técnicos e ingenieros en la ingeniería espacial.  Trabajé con él como secretario, ligado al proyecto SAC, en 1988 y lo escuché decir estas ideas de su boca. Es más, él sostenía que desarrollar un lanzador era demasiado costoso y difícil, porque ningún país brinda información al respecto.  Los lanzadores generalmente son desarrollados por las fuerzas armadas, o, aunque no lo sean, se teme que podrán ser utilizados con fines bélicos. Por eso la información es altamente reservada.  En cambio, los satélites tienen objetivos comerciales o científicos e instituciones como NASA son proclives a compartir experiencias y conocimientos.  Además el mercado de satélites debería incrementarse en el futuro pensaba Ghielmetti, Argentina podría ganar un liderazgo en el área a nivel regional (o mudial), brindando servicios, construyendo satélites a pedido, etc, además de construir aquellos que le hicieran falta. El lanzador puede ser alquilado, en aquella época ya había tres países que ofrecían servicios: la Unión Soviética, Estados Unidos y la Comunidad Europea a través de de la Agencia Espacial Europea.

Respecto a la  propuesta científica, el obejtivo era estudiar fulguraciones solares, también llamadas de explosiones, erupciones  o, en inglés, flares. La propuesta argentina es bastante prudente: 

... un espectrómetro  gamma de resolución espectral intermedia (7.5% 2 en662 keV) construído con centelladores de NaI, un detector de neutrones rápidos, y radiación gamma de espectro continuo, y un detector de rayos X duros, con una resolución temporal de unos 100 ms. 
Confieso que no entiendo que significa 7.5% en662 keV, dejé el texto tal como aparece en el artículo original, supongo que quien transcribió la nota debe haberse equivocado.  Radiación gamma es, por definición o tradición, aquella cuyos fotones tienen energías superiores a 1 MeV (le recuerdo al lector que la energía de un fotón es igual al producto de su frecuencia por la constante de Planck: E = hf)  Los electrones producen un contínuo en radiación gamma durante las fulguraciones (emisión llamada bremsstrahlung), por encima de este continuo hay líneas espectrales producidas por excitaciones nucleares que evidencian la existencia de protones de más altas energías capaces de llegar hasta el núcleo atómico.  El detector de neutrones sirve para detectar partículas aceleradas durante las fulguraciones y que vienen en dirección a la Tierra. Por último se habla de un detector de rayos X duros con resolución temporal de 100 ms.  Rayos X son fotones con energía por encima de 1 keV aproximadamente (y por debajo de 1 MeV como dijimos antes).  Para la época en que este texto fue escrito, Ghielmetti probablemente consideraba una energía de 20 a 25 keV como Rayos X duros. La calificación de duro es muy flexible y los físicos solares no se ponen de acuerdo en cual es el límite inferior. Hoy en día, no menos de 50 keV.  Aparentemente se trataría de un detector de intensidad, sin imágenes y sin espectro (varias energías).  Supongo que el obejtivo era analizar la estuctura sub-segundo de las emisiones en rayos X duros.  

Por su parte los científicos norteamericanos proponen una instrumentación más osada.  Incluyen los modernos detectores de germanio (Ge) enfriados a 90 K, para obtener una resolución espectral muy alta (entre 0,5 y 5 keV) y una banda que abarca desde pocos keV hasta 20 MeV.  Los desafíos tecnológicos de este instrumento en aquella época eran tremendos, más aún para Argentina que daba sus primeros pasos en la ingeniería espacial.  Y esto lo resalta Ghielmetti cuando dice 


Este requirimiento impone condiciones particulares al satélite, ya que el enfriamento se haría utilizando radiadores apuntados permanentemente al espacio vacío (sin ver el Sol ni la Tierra) por lo que el satélite debe estar estabilizado en tres ejes.

Y agrega al final de ese párrafo


Esta alternativa que hace más poderosa la propuesta inicial, crea un deafío para los ingenieros argentinos, ya que la plataforma es más compleja.
RHESSI, satélite de osbervación solar de NASA
actualmente en operación. 
La segunda propuesta extranjera parece tratarse de una serie de cámaras (imagenadoras. Puedo usar este término?) en distintas frecuencias y con cadencias bastante altas. A pesar de que Ghielmetti dice que los instrumentos cubren una banda de menor energía (porque descartan los rayos gamma), eso no significa que no se puedan hacer diagnósticos de altísimas energías. En particular me gusta ver que proponían la inclusión de una cámara en el infra rojo lejano (far infra red , FIR).  Adivino que el origen de esta idea no pudo ser otro que Hugh Hudson, quien desde sus años de estudiante, y de forma pionera, se dedicó al estudio del FIR como diagnóstico de las explosiones solares, aunque, por motivos tecnológicos, com poca suerte. Respecto del espectrómetro en rayos X de altísima resolución temporal (10 ms) también se trata de un instrumento muy avanzado en su época.

En el proximo post, voy a hablar sobre el SAC-B y las secuelas de esta reunión en Buenos Aires. 


Una historia de los satélites científicos argentinos

Empiezo aquí una seria de posts sobre el origen de un programa de  satélites científicos argentinos. Y lo abro con la transcripción de un artículo que este año cumple los 30.  El artículo fue escrito por el querido Horacio Ghielmetti, en la época director del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE) y publicado en  Astrofísica, una revista de divulgación científica elaborada por la Comisión de Astrófica que pretendía promover el estudio de la astrofísica en el nivel de graduación entre los estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.  Yo era uno de esos estudiantes que activamente colaboraba con la comisión y con la revista.  Alguna vez, la historia de esa comisión deberá ser contada, ya me he de encargar.

El artículo que copié más abajo tiene el valor de lo que historiadores llaman documento primario. Porque fue redactado por el el líder del proyecto de la construcción del primer satélite científico argentino, y porque lo redactó cuando aún estaba en fase de diseño y había muchas posibilidades y decisiones a tomar.  Los comentarios a este artículo irán en otro post, sólo resalto el título que le dió Ghielmetti: NASA se interesa en un proyecto argentino. La fecha de la publicación, agosto de 1987.

Los científicos de la NASA interesados 
en un proyecto argentino

por Horacio Ghielmetti
Director del IAFE


Entre el 30 de junio y el 3 de julio [N. del E.: de 1987] visitó Buenos Aires una importante delegación de la NASA. Fue su objetivo continuar conversaciones con autoridades de nuestra Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) y científicos argentinos sobre posibles formas de cooperación mutua en el proyectado satélite argentino SAC I (Satélite de Aplicaciones Científicas). El estudio y diseño de este satélite es realizado por ingenieros e investigadores del Centro Espacial San Miguel (CNIE) y del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (CONICET).

Portada de la Revista Astrofísica de donde este
artículo fue retirado
La delegación de NASA fue encabezada por el DR. Charles Pellerin, director de la División de Astrofísica, y el Dr. James Morrison, Director Adjunto de la División Relaciones Internacionales. Estuvo además integrada por un grupo de científicos especialistas en tecnología espacial y física solar, pertenecientes a centros de la NASA y universidades americanas: Mario Acuña y Brian Dennis (Goddard Space Flight Center, NASA); Uri Feldman (Naval Reserach Laboratory); Gordon Hurford (Caltech); Robert Lin (University of California at Berkeley), y Hugh Hudson (University of California at San Diego).

Luego de estas conversaciones y discuiones científicas, el proyecto SAC I puede convertirse en un programa cooperativo entre ambos organismos espaciales: el complejo instrumental sería provisto por científicos de ambos países, NASA se encargaría del cohete portador y del lanzamiento, y la construcción del satélite propiamente dicho (la plataforma) sería de responsabilidad argentina. Obviamente, este último aspecto sería el de mayor rédito tecnológico para el país, ya que permitirá capacitar a un grupo de técnicos para los futuros proyectos espaciales que deberán seguir al SAC I.

Para lograr estos objetivos la propuesta científica conjunta deberá ser cometida, antes de finalizar el año en curso, a los procedimientos ordinarios de selección y competencia de la NASA. El denominado programa EXPLORER de la agencia americana incluye, para los próximos años, un reducido número de cohetes SCOUT que es el portador adecuado para un satélite de las características del SAC I.

El SAC I es un satélite de bajo peso (150 kg) cuya misión científica se centra en la observación de la emisión esporádica de radiación; electromagnética y partículas de alta energía de las fulguraciones solares. La frecuencia de este fenómeno crece con las variación periódica de la actividad solar, cuyo próximo máximo será en 1991-1992, por lo que el lanzamiento del SAC I está previsto para febrero de 1992.

La órbita elegida es casi-polar, heliosincrotrónica en el plano 6-18 en hora local (órbita crepuscular) y obviamente, los intrumentos deberán estar permanetemente apuntando hacia el Sol. Esta órbita asegura al satélite unos 9 meses sin eclipse.

La propuesta original argentina incluía un espectrómetro gama de resolución espectral intermedia (7.5% 2 en662 keV) construído con centelladores de NaI, un detector de neutrones rápidos, y radiación gama de espectro continuo, y un detector de rayos X duros, con una resolución temporal de unos 100 ms. El satélite estaría estabilizado por rotación (15 rpm) y controlado por bobinas magnéticas.

Las discusiones actuales llevaron a dos configuraciones instrumentales alternativas, ambas para la observación de las fulguraciones solares, aunque centradas en aspectos distintos del fenómeno.  La primera misión, muy similar por su objetivo a la planeada originalmente, incorpora un espectrómetro X-gamma de muy alta resolución espectral (0.5 a 5 keV en el rango de 10 keV a 20 MeV de funcionamiento), un espectrómetro X tabién en alta resolución espectral, con detectores de estado sólido, y el detector de neutrones original.  El detector X-gamma es un sistema novedoso que utiliza 4 cristales segmentados de Ge de alta pureza y debe ser enfriado a unos 90 K. Este requirimiento impone condiciones particulares al satélite, ya que el enfriamento se haría utilizando radiadores apuntados permanentemente al espacio vacío (sin ver el Sol ni la Tierra) por lo que el satélite debe estar estabilizado en tres ejes. Esta orientación se obtendría utilizando el concepto de estabilización por gradiente gravitatorio, con el detector montado en un brazo extendido unos tres metros fuera del cuerpo del satélite. Esta alternativa que hace más poderosa la propuesta inicial, crea un deafío para los ingenieros argentinos, ya que la plataforma es más compleja.

La segunda alternativa se encuentra en el estudio de la dinámica de los plasmas de altas temperaturas, producidos durante el proceso de erupción solar. Sus instrumentos cubren una zona de radiación de menor energía, incorporando la posibilidad de obtener imágenes de la región emisora de rayos X, con resoluciónes espaciales comparables a las mejores obtenidas por los satélites anteriores. Incluye también un espectrómetro de Bragg de cristal plano, un espectrómetro de rayos X duros con alta resolución temporal (10 ms) y un complejo de instrumentos en las bandas XUV, EUV, Lyman-alpha y aún el infrarrojo lejano. La operación del espectrómetro de imágenes y el de Bragg requieren que el satélite rote continuamente, tal como se proyecta en la versión original del SAC I.

El detalle de ambos complejos instrumentales es extenso y se dará en futuros artículos sobre el SAC I.